El tiempo, causante de insatisfacción, ansiedad y depresión
Recurso escaso, limitado e irreversible, testigo implacable de nuestras obras.
Hablar de su gestión y empleo es tratar de nuestra vida.
El tiempo mal utilizado es el principal causante de insatisfacción, angustia y depresión lo que, según los psicólogos de Psicosagra, origina un comportamiento de huida que provoca el activismo (múltiples y variadas actividades improductivas).
Nuestra sociedad se caracteriza por una impresión generalizada de falta de tiempo, que repercute en la falta de productividad.
Este fenómeno es relativamente reciente, somos la primera generación en acusar reales problemas con el tiempo, su aceleración crea una situación social de estrés negativo, cuya consecuencia inmediata es la disminución sensible de la calidad de vida.
La abundancia de información es una de las causas ya que nos crea nuevas necesidades, la aceleración del ritmo, que nos somete a trabajar sin discernir las prioridades, crea un estancamiento.
La constatación es cruel, no podremos jamás terminarlo todo, incluso si tuviésemos 70 horas por día.
La reciente encuesta sobre patologías habituales en clínicas de psicología se descubrió que, mayoritariamente, no se trataba de trastornos psicológicos, sino de organización.
Es por este motivo que los especialista comportamientos y gestión de tiempo, nos muestra que un Directivo es interrumpido cada 7 minutos.
Al vivir en esta dispersión y atomización del tiempo, en una cronología de instantes (activismo), perdemos el sentido de la acción.
Saber lo que hemos hecho, es una cuestión de sentido, de imagen global. Ejemplo: un montón de ladrillos, no han hecho nunca una casa.
Cuando vivimos días así, por la noche tenemos el sentimiento de haber hecho mucho pero sin un sentido real, con sensación de vacío, sin optimizar el recurso tiempo.
“El precio que estamos pagando es caro, llevamos el motor sobrecargado y bien sabemos que de esta forma el vehículo no irá muy lejos.”
Frente a este fenómeno, es necesario desarrollar la capacidad de estructurar nuestro empleo del tiempo al mismo nivel de exigencia que nos permita enfocar el embotellamiento no solamente con eficacia: pero además con disponibilidad.
También la capacidad de selección, sino nos vemos desbordados y es peor que antes.
No es la función, ni la profesión, ni el puesto lo que define la estructura.
Es el enfoque que, cada uno tiene da a su puesto y función y la forma en la que concibe su rol / papel que estructuran su tiempo.
Hoy ser eficaz es gestionar más inteligéntemente que los demás el flujo de trabajo sabiendo elegir entre aquellas acciones que producen mayor impacto.
Cuanto más deprisa sabemos ir, seleccionar bien y decidir sin perdidas de tiempo, conducir las reuniones y los proyectos.
Cuanto más amplia es la visión a largo plazo, más disponibles podemos estar.
La ventaja de Dirigir el Tiempo es la de estar disponible porque así se está abierto al exterior ya que sino, no hay sitio para la creatividad y las oportunidades.
Aceptar que no podemos hacerlo todo.
Encontrar el término medio entre la exigencia del otro y nuestras prioridades.
Dirigir el Tiempo no es ponerlo en casillas, su finalidad será dejarse sitio para lo esencial, decir no para poder decir sí a lo más importante.
Reapropiarse el tiempo requiere de un planteamiento mental muy fuerte, dirigirlo en función de lo que queremos ser y realizar, es pasar de esta situación de tensión y ansiedad a un estado de serenidad mental y, a la vez, de mayor eficacia esto mediante:
- Reducción de los ladrones de tiempo y eficacia.
- Desarrollo de las prioridades.
Ladrones de Tiempo son aquellas actividades que toman demasiado tiempo en relación al resultado.
¡Somos nosotros que juzgamos el resultado y estructuramos el tiempo!.
Cuando alguien nos toma tiempo, por supuesto, es el otro pero sobretodo radica en nuestra incapacidad en gestionar el conflicto potencial, la oposición con otra voluntad que la muestra.
Existen los mini y los maxi Ladrones de Tiempo.
- Los mini: Reuniones, interrupciones, no saber decir no, dejarse llevar por una falta de delegación, todos estos son pequeños, por falta de método y una forma de pensar no aprendida, entonces repetimos lo que hemos visto hacer o bien nos dejamos llevar por la cultura de empresa, etc. sin darnos cuenta que no son factores de eficacia sino de limitación, sin ser ineficacia.
- Los maxi: Ladrones de Tiempo dependen de la forma en la que vemos nuestro papel o función, si no pasamos suficiente tiempo en lo esencial este es el mayor Ladrón de Tiempo.
No hay que olvidar que existe un nuevo enfoque de terapias cognitivo-conductuales, que marcan un nuevo camino a la hora de afrontar estas situaciones.
No ocuparnos de ciertos sectores importantes es un gran riesgo.
Solo los resultados determinarán las buenas soluciones, puesto que nadie las dicta de antemano.
La presión del Tiempo reduce el horizonte temporal y nos sentimos impotentes incluso en las cosas importantes.
El hecho de pensar en quien queremos ser o lo que queremos hacer es algo imprescindible en nuestra época de cambios continuos, si no somos capaces de proyectar una idea nueva en el futuro no tendremos impacto sobre los demás, esto en personal quiere decir que nuestra época nos corta de nosotros mismos, de nuestros deseos.
La multitud de prioridades obstruye el futuro por la angustia que genera.
- El tiempo es un ejercicio de Determinación, de Reflexión, de Creatividad.
- Ejercicio de transformación entre los diferentes
Tiempos que cada uno tiene:
- Tiempos necesarios: preparar las reuniones, dossiers para los clientes, etc.
- Tiempos de creación, el que más nos gusta aquí, es donde el inventor inventa, el vendedor vende etc.
Este representa muy poco, solo 30 % del Tiempo, el secreto consiste en transformar lo obligado en creativo para ser el creador de nuestro tiempo y de nuestra vida.
Hay condiciones para la eficacia:
- Respeto de si mismo, respeto del ritmo propio.
- Alternar los ritmos y compartir un consenso colectivo en la utilización del tiempo.
Este es el desafío al que responde una formación sobre la gestión del tiempo y la eficiencia.
Dirigir el tiempo, buscar la eficacia es la mejor garantía de salud y bienestar individual y colectivo porque devuelve el placer de hacer, de ser útil y el sentido a la vida.